Si el paciente no sana por el camino que le muestro como terapeuta, es mi oportunidad de  ayudar a sanar atendiendo el camino del paciente.

 

La responsabilidad de querer sanar es del paciente, mi responsabilidad de terapeuta es usar las herramientas que tengo a mano, esto implica que no hay pacientes difíciles y que necesito más preparación y creatividad.

 

las soluciones que no alcanzo como experto terapeuta, las expreso entre colegas y soy honesto con mi limitación temporal y  compromiso de romper esas limitantes, aprendiendo lo necesario, aprendiendo sin juicios con la mente abierta y crítica a la vez.

 

Abandono la limitación de creer que solo mi camino es el correcto, solo mis herramientas son las únicas, solo mi visión es la mejor y que en todo momento puedo mejorar.

 

Antepongo la necesidad del paciente en sesión, identificando y separando lo mío de lo suyo, empatizando y entendiendo su sufrimiento, dolor o problema, poniendo mi ser, mente y conocimiento a su servicio.

 

Entendido que es logro del paciente y yo solo aporto las herramientas, abandonando mi necesidad de reconocimiento durante la sesión.

 

Que tengo la responsabilidad de estar sano para trabajar mejor, que a veces necesito ayuda, que soy humano, tengo momentos difíciles, que resolverlos es una decisión útil  por que creo que es mejor ayudar a otra mente, con mi mente limpia.

 

Que tengo el privilegio de ayudar y servir a otros y que honro ese privilegio, hago psicoterapia y lo hago con corazón.